martes, 22 de mayo de 2012

Preparación para Pentecostés


Invocación

Dios de gracia y de santidad, 
derrama sobre nosotros en este día tu Santo Espíritu,
así como lo derramaste sobre tus discípulos el día de Pentecostés,
para que nuestras oraciones y acciones
sean testigos de tu presencia entre nosotros.
Queremos ser uno, Señor,
para que el mundo crea que somos tuyos.
Llénanos ahora de tu amor.

(Masamba ma Mpolo y Mengi Kilandomoko, Zaire.
Tomado del libro “En Espíritu y en Verdad”, 
Consejo Mundial de Iglesias, Séptima Asamblea 1991)

¿Compartir o vivir el Evangelio?


Los evangelistas describen con diferentes lenguajes la misión que Jesús confía a sus seguidores. Según Mateo, han de "hacer discípulos" que aprendan a vivir como él les ha enseñado. Según Lucas, han de ser "testigos" de lo que han vivido junto él. Marcos lo resume todo diciendo que han de "proclamar el Evangelio a toda la creación".

Quienes se acercan hoy a una comunidad cristiana no se encuentran directamente con el Evangelio. Lo que perciben es el funcionamiento de una religión envejecida, con graves signos de crisis. No pueden identificar con claridad en el interior de esa religión la Buena Noticia proveniente del impacto provocado por Jesús hace veinte siglos.
Por otra parte, muchos cristianos no conocen directamente el Evangelio. Todo lo que saben de Jesús y su mensaje es lo que pueden reconstruir de manera parcial y fragmentaria escuchando a catequistas y predicadores. Viven su religión privados del contacto personal con el Evangelio.
¿Cómo podrán proclamarlo si no lo conocen en sus propias comunidades?
 
Ha llegado el momento de entender y configurar la comunidad cristiana como un lugar donde lo primero es recibir y vivir el Evangelio de Jesús.
Nada puede regenerar el tejido en crisis de nuestras comunidades como la fuerza del Evangelio. Solo la experiencia directa e inmediata del Evangelio puede revitalizar a la Iglesia. 
 
 
Lo primero es creer en la fuerza regeneradora del Evangelio. Los relatos evangélicos enseñan a vivir la fe, no por obligación sino por atracción. Hacen vivir la vida cristiana, no como deber sino como irradiación y contagio. Es posible introducir ya en las comunidades de nuestras Iglesiasa una dinámica nueva. Reunidos en pequeños grupos, en contacto con el Evangelio, iremos recuperando nuestra verdadera identidad de seguidores de Jesús.
Hemos de volver al Evangelio como nuevo comienzo. Ya no sirve cualquier programa o estrategia pastoral. Dentro de unos años, escuchar juntos el Evangelio de Jesús no será una actividad más entre otras, sino la matriz desde la que comenzará la regeneración de la fe cristiana en las pequeñas comunidades dispersas en medio de una sociedad secularizada.
 
( Tomado y adaptado de Eclesalia)

viernes, 11 de mayo de 2012

Plan Nacional de Capacitación: "La Perla Escondida"

 El lunes 14 de mayo da inicio el Plan Nacional de Capacitación "La Perla Escondida"  previsto para el bienio 2012-13.


¡¡ESTEMOS ORANDO POR EL PLAN Y SUS FRUTOS!!

En este link se puede acceder a la informaciòn sobre su organización y objetivos.(para conocer más de este Programa hacer clic en el siguiente título)

Centro Metodista de Estudios Wesleyanos: Capacitación:




sábado, 5 de mayo de 2012

Wesley y la reforma tributaria

Por Gustavo José Romero ( tomado de El Estandarte Evangélico digital)

Era el año 1772 cuando John Wesley dirigió una carta al editor del Evening Post Lloyd en relación con las causas y las propuestas de solución para el alto desempleo, la escasez de alimentos y la deprimente situación económica en Inglaterra. Más de dos siglos después, el mundo (y en especial el desarrollado en el que se incluye Gran Bretaña) está inmerso en una crisis socioeconómica de inmensas proporciones.
Sus reflexiones podemos encontrarlas en el tratado referido a las causas de la escasez y el alto precio de los comestibles, en el cual Wesley critica con firmeza el orden económico y social de la Inglaterra de su tiempo, en base a las consecuencias que tiene para los pobres. Así, por ejemplo, escribe en ese tratado fuertes palabras contra las bebidas destiladas. Pero su oposición al alcohol no se debe tanto a su rechazo de la borrachera -que sí rechaza fuertemente- como a las consecuencias económicas de la práctica de utilizar buena parte del trigo que se produce para destilar alcoholes. De igual modo, señala que la concentración de la propiedad de la tierra en unas pocas personas es uno de los motivos principales de la insuficiencia de los alimentos, y del alto precio de los que se consiguen.

John Wesley comienza por preguntarse. ¿Por qué miles de personas mueren de hambre en toda Inglaterra? El fundador del movimiento metodista así describe la situación en Londres: 
"He conocido a gente que sólo podía comer una comida ordinaria día por medio. Conocí a una persona en Londres (que pocos años antes tenía todas las comodidades para vivir) que recogía sobras de un basurero maloliente, llevándolas a casa para sí misma y sus hijos. Conocí a otra que recogía de la calle los huesos abandonados por los perros, para hacer sopa y poder prolongar una vida desgraciada. Escuché a un tercero declarar sin reparos: «¡En verdad estaba tan flojo y débil que difícilmente podía caminar, hasta que mi perro, no encontrando nada en casa, salió y trajo un montón de huesos. Se los saqué de la boca y preparé una comida!» ¡Tal es el caso a esta fecha de multitud de gente en una tierra que mana leche y miel, con abundancia de todas las cosas: las necesarias, las cómodas y las superfluas para vivir!."1
Al examinar las causas, Wesley realiza un diagnóstico enumerando varias prácticas económicas que, según él, empobrecían al país:

1. El derroche de cereales para producir alcohol. ¿por qué el pan de trigo tiene un precio tan elevado? ...la gran causa es por la inmensa cantidad de grano continuamente consumida pa    ra destilar alcohol.2

2. La gente rica que necesitan los caballos para el deporte, el placer y la exportación. ¿Pero por qué está tan cara la avena? Porque, redondeando, hay cuatro veces más caballos destinados a los carruajes y volantas particulares que lo que había pocos años atrás.3 Otra causa por qué son tan caros no sólo la carne, el cordero y el cerdo, sino toda clase de víveres, (la más terrible de todas y la más destructiva de la felicidad personal y social) es el lujo.4

3. Las grandes fincas improductivas había reemplazado a las pequeñas granjas familiares, causando una escasez de aves de corral, carne de cerdo y huevos. ¿Por qué son tan caros el cerdo, las aves y los huevos? Por la monopolización de las granjas, acaso el monopolio más dañino jamás introducido en estos reinos. La tierra que algunos años atrás estaba dividida entre diez o veinte pequeños granjeros y que les posibilitaba proveer con comodidad para sus familias, ahora es acaparada por un importante y único granjero. Uno cultiva una finca de doscientas hectáreas al año que anteriormente mantenía a diez o veinte. Cada uno de estos pequeños agricultores preservaba unos pocos cerdos, cierta cantidad de aves; y teniendo poco dinero, siempre estaba contento con enviar tocino, cerdo o aves y huevos al mercado. De aquí que los mercados estaban bien provistos; y la abundancia significaba precios módicos. Pero ahora, los grandes caballeros-granjeros están por encima de estas pequeñas cosas como para atenderlas. No crían aves ni cerdos, a menos que sea para su propio uso. En consecuencia no mandan nada al mercado. Por lo tanto, no es de extrañarse si dos o tres que viven cerca del mercado del pueblo e impiden el abastecimiento anterior, ocasionen tal escasez de estas cosas que el precio de las mismas se duplica o triplica respecto al de antes. De aquí que en el mismo pueblo donde los huevos (por mencionar un pequeño artículo), se vendían a seis u ocho por un penique, ahora se venden por cuatro peniques cada uno.5

4. Los altos impuestos. ¿Pero por qué es que no sólo las provisiones y la tierra están tan caras, sino casi todas las otras cosas también? A causa de los enormes tributos, que se imponen sobre casi todo lo que se pueda nombrar.6

5. La deuda pública. ¿Pero por qué los impuestos son tan altos? Por causa de la deuda pública.7

Identificando soluciones

John Wesley creía que la mayoría de los problemas económicos de esa época eran causados por una creciente disparidad entre los ricos y los pobres. Wesley entendió que el remedio pasaba por refrenar "el lujo, ya sea mediante el ejemplo, por las leyes, o por ambas cosas." Así es que pidió a los legisladores que dictaran leyes que prohibieran la destilación de alcohol.

Repudió los altos impuestos a la clase media y pobre y clamó por impuestos adicionales sobre los artículos suntuarios tales como caballos y carruajes. Asimismo, expresó su preocupación por las generaciones futuras y abogó por una reducción de la deuda nacional.

En resumen, Wesley reclamó por impuestos más altos para los ricos y leyes que prohibiesen el desperdicio de productos naturales.

Aunque Wesley no informó a los lectores del Evening Post Lloyd acerca de sus acciones personales, organizó grupos de metodistas para visitar los asilos de Londres. Los grupos también proporcionaban servicios de adoración para los internos, la mayoría de ellos niños y ancianos.

Lecciones aprendidas

La aplicación contemporánea de consejos de Wesley podría proponer una reforma tributaria en la que el gobierno debería reducir los impuestos a la clase pobre y media, añadir impuestos a los artículos de lujo, eliminar los impuestos sobre los de primera necesidad, establecer disposiciones legales que rijan el uso de los recursos naturales, y tomar medidas para reducir la cuantiosa deuda nacional. Aunque no escribió acerca de sus acciones personales, la vida de John Wesley es un ejemplo para los creyentes –en especial- y no creyentes sobre nuestra obligación personal de atención a las personas pobres y vulnerables a través de una variedad de medios.

Finalmente y en otro orden de cosas, haciendo uso de su propia vida como un ejemplo, Wesley también sugiere una menor dependencia de los productos farmacéuticos. Aunque experimentó con prácticas de salud alternativas, se levantó cada mañana a las 4:00 a.m. y se basó en gran medida en un estilo de vida activo y saludable. Vivió hasta los 88 años.

__________
John Wesley, Obras de Wesley, Tomo 7, Justo L. González, Ed., Franklin, TN: Providence House Publishers, 1996, 89-90. Ibid, 90. Ibid, 92. Ibid, 93. Ibid, 93. Ibid, 94. Ibid, 94.